domingo, 9 de febrero de 2014

Un acuerdo que se rompe con el tiempo. Capítulo IV



¿Es ésto legal?— Preguntó Chantelle, una chica a quién Bill había llamado su ''novia'', sólo por no querer estar solo.

No, pero nadie se enterará. Además aquí todos lo hacen—Tuvo que gritar el moreno ya que la música estaba muy alta. Era un club cerrado a las afueras de la ciudad, dónde el olor a mariguana, cigarrillos y alcohol podía sentirse en cada rincón.

Bill sacó de su bolsillo el pequeño envase plástico que su mejor amigo le había regalado por su cumpleaños e hizo un par de rayas de coca sobre el espejo que Chantelle le había prestado.

Anda-—Le dijo a la rubia y ella sonrió. Se acercó al polvito y lo aspiró sin dificultad alguna.—¡Vaya! Nada mal para ser tu primera vez— Rió burlón

Gracias, Amor—

Bill sintió una patada en el estómago e inmediatamente se le borró la sonrisa del rostro. Dejando a la chica y el polvo allí, salió corriendo.
Corrió, corrió y corrió hasta que llegó a un barrio en el que jamás había estado y se sentó en la orilla de la solera. Suspiró un par de veces, pero seguía recordando con asco aquella palabra... En su cabeza apareció otra vez el apodo ''Amor'' y sintió tal mareo, que un par de arcadas azotaron su organismo.

Cuando ya habían pasado unos severos minutos, sacó su celular de su bolsillo y borró toda la agenda telefónica.

Era momento de un cambio.

(…)

¿Podrías dejarme en paz?.. Enano-—Se quejó Alice, soltando la última palabra entre dientes. Era la hermana mayor de Tom, y éste le había pedido ayuda con su tarea ya que su madre no estaba en casa.

Bien, pero si luego te llaman de la escuela no digas que no lo intenté— El -en ése entonces de rastas-, bajó a su habitación saltando escalones de dos en dos. Cuando entró a su cuarto, se tiró sobre la cama y miró el cuaderno por última vez;''Escriba un cuento fantástico/ ficticio en menos de dos hojas''. Recordó las palabras de Alice y sintió su labio temblar. ¿Cómo podía haber cambiado tanto en tan poco tiempo? Tomó el lápiz azul y en simples trazos escribió:

Mi mamá me quiere. Mi hermana se preocupa por mí. Mi papá sigue vivo. Me gustan las chicas— Lanzó el lápiz contra la pared y pronto su cuento fue manchado con lágrimas y huellas de dedos sucios.

Se preguntó entonces si... Alguien notaría su ausencia.

//.

Quiero un jugo de naranja, por favor—pidió Tom a la rubia camarera que lo miraba enternecida.

Claro, pastelito—ella sonrió y luego se agachó a la altura de Tom. —Quisiera preguntarte porqué estás aquí a éstas horas, pero no sé si sea un buen momento—

Tom la miró con los ojos aguados y sonrió lastimero. —Está bien. Eres la única persona a la que parezco importarle... Y ni siquiera te conozco—

Soy Lily—comentó y extendió su mano, en busca de una respuesta—¿Tú eres...—

Tom—completó el menor y tomó la mano de la rubia. Sintió una cálida sensación en el pecho...

Bien, Tom ¿Por qué estás aquí?— Lily lo miró con dulzura. Se sentía identificada con él por alguna razón...

Escapé de casa—explicó y suspiró —Por favor no le digas a nadie... No quiero que me lleven ahí otra vez—

Está bien, pero... ¿Tienes dónde quedarte?-—Preguntó ella acariciando las rastas del joven.

No. Pero... Supongo que puedo quedarme aquí. Está abierto las 24 horas, ¿No?— Preguntó inocentemente

Lily asintió con la cabeza aunque tenía un gran nudo en la garganta... ¡Preocupación! ¡Éso era!

Te traeré tu jugo, ¿Tienes hambre?—

Eh... Sí, pero no puedo pagar por algo de comer— Tom revisó sus bolsillos y apenas llevaba unos cuántos dólares. —Oh, oh. No creo que en la mochila traiga más...—

No te preocupes. Yo invito— La rubia había decidio que lo quería a su lado por más tiempo; Era tan parecido a...

Gracias, Lily— contestó el menor con una sonrisa, sacando a la chica de sus pensamientos

No hay de qué, Tommie— Devolvió la sonrisa y caminó lentamente a la cocina.

Mientras tanto...

Y una mierda, no pienso pagar lo que estás pidiéndome— Sentenció Bill mientras su amigo le gritaba por teléfono. —¡Fue un puto regalo que nisiquiera consumí! Chantelle se quedó con él, ¿No puedes pagarlo? ¡Pues qué lástima! Y por favor, no vuelvas a llamarme... Sólo contesté porque creí que era alguien más—

Colgó furioso y miró su teléfono por un par de segundos...

Dio un par de pasos y abrió la puerta que daba al balcón. —Sé que me arrepentiré de ésto, pero... comenzaré desde cero— Y arrojó el teléfono desde 8 pisos de altura.

//.

Con una sonrisa en la cara, comenzó a colocar todas sus cosas en una maleta. Se iría de ése lugar que tantos malos recuerdos le traía... Y sabía perfectamente en quién sí podía confiar.

***

Lily, ¿No crees que es algo joven?— Preguntó burlón mientras arrastraba su gran maleta dentro de la cafetería, haciendo que el sonido de las ruedas resonara por todo el lugar

¿Bill? ¿Qué haces aquí?— preguntó Lily confundida por la sorpresa; No lo veía hace años...

Sí, también me da gusto verte— respondió Bill irónico y cuando vió que Lily sonrió, la abrazó. —Sé que sonará mal después de tanto tiempo sin vernos, pero... Realmente necesito tu ayuda—

Si necesitas mi cuarto de huéspedes otra vez, tengo malas noticias— anunció la rubia mientras fruncía los labios.

-—¿Qué dices?— Bill se alarmó; ¡Era lo que más necesitaba!

Tom se quedará en él-—Y cómo si hubiera hablado en otro idioma, tuvo que preguntar...

¿Quién es Tom?—

Él es Tom-—Apuntó al niño con rastas que tenía a su lado y éste lo miró con casi asco. Bill se quedó mirándolo... Debía tener unos 11 años y estaba completamente solo.

¿Quién eres?— Le preguntó al chico y se sentó frente a él. Dejó caer su maleta la cuál hizo un fuerte sonido de impacto contra el suelo y colocó sus piernas sobre la mesa.

Tom— Respondió tímido el niño. -—Y tú?—

Soy Bill— El moreno sonrió un poco y apuntó el cabello del menor—¿Que no eres algo joven para tener ése nido de ratas en tu cabeza?—

¡Bill!— Le regañó Lily —Ya déjalo. Si quieres quedarte en mi casa, tendrás que hacerte su amigo, pues será tu compañero de cuarto—

Ambos miraron a Lily con la boca abierta. ''¿Compañeros de cuarto? ¿Un niñito de 11 con un chico de 20? ¡Por favor!'' Pensó Bill. ''Es ridículo''.

Sin embargo, cuando Lily había terminado su turno se vió en el cuarto de huéspedes acompañado del chico que había conocido hace algunas horas.

Hay sólo una cama—comentó Tom nervioso y Bill rió.

¿Y qué? Ni te hagas ilusiones—Bromeó Bill. Tom se sonrojó y dejó su mochila cerca de la cama. Se sentó en ésta y poco a poco comenzó a recostarse. En cambio, Bill de un salto se lanzó a la cama y comenzó a desvestirse. —¿Que acaso dormirás así? Se te hará incómodo—

¿Tú crees?— Preguntó Tom mientras agarraba su camiseta. —Uh... Puede que tengas razón—

Siempre la tengo—comentó Bill y tomó su largo cabello en una cola. —Mierda, olvidé quitarme el maquillaje—

Mientras Tom se quitaba la camisa, se giró a ver a Bill. —Es malo dormir con maquillaje. Deberías quitarlo...- Sugirió tímidamente, aunque por suerte, obtuvo una respuesta amable.

Lo haría, pero... Mis cosas se quedaron en mi ex departamento. Debía dejar algunas de ellas para que cupiera todo en la maleta-—Explicó y luego se preguntó que hacía hablando con un niño 9 años menor.

Uhm...-—Tom se estiró y rebuscó entre sus cosas. —Ten— Dijo extendiéndole una crema humectante.

¿Cómo es que traes éso contigo?— Preguntó Bill mientras la tomaba —... Gracias—

No me gusta tener la piel seca... Se siente raro-—Explicó y sonrió —No hay de qué—

Bill rió perezosamente. ¿Cómo es que un niño de 11 años se preocupaba por su piel?

Cuando terminó quiso devolver la crema, pero notó que Tom ya estaba dormido. Sonrió y lo cubrió con una manta.
Mañana le preguntaría a Lily, sobre el origen del pequeño angelito que dormía a su lado.

(…)

Tom despertó y lo primero que hizo fue mirar a su lado. Bill ya no estaba... ¿Había sido todo un sueño?
Tuvo la respuesta cuando comenzó a fijarse en la habitación en que se encontraba. No estaban sus pósters de cohetes, ni sus figuras de acción.

Sonrió.

Se levantó e inmediatamente se vistió. Caminó hacia la sala de estar, y ahí encontró a una recién levantada Lily, con un pijama rosa y a un recién bañado Bill, con el cabello mojado.

Buenos días—Dijo con voz débil

Ambos se giraron y respondieron el saludo. Lily caminó hacia él y preguntó:

¿Quieres desayunar?—

//.

¡No comía unos waffles tan buenos desde que... Mi padre estaba en casa-—Dijo Tom y quiso llorar, pero al notar que Bill lo observaba extrañado, se mostró fuerte.

¿Qué pasó con tu padre?—

-¡Bill!- Le regañó Lily otra vez.

¿Qué? ¿Pregunté algo que no debía?-—Miró a Tom con una ceja levantada y se llevó un trozo de tostada a los labios. —No tienes que responder si no quieres— Intentó restarle importancia, pero le fue imposible al obtener la respuesta.

Está bien— Tom suspiró y bebió jugo antes de hablar. —Murió hace un año y unos cuántos meses—

Bill se quedó estático y devolvió su tostada al plato antes de que pudiese continuar comiéndola.

Lo lamento, sé cómo es-—Bill se encogió de hombros y se rascó la nuca algo sonrojado. —Mis padres también murieron cuando era joven... No tan joven como tú, pero en fin...—

También lo lamento— Ambos suspiraron y se sonrieron... O algo así.

¿Y qué hay de tu madre?— Preguntó el moreno mientras miraba sus uñas, buscando distraerse —O hermanos... ¿Tienes alguno?—

Mi madre me odia y... Tengo una hermana mayor que también lo hace— contestó Tom cómo si fuese lo más normal del mundo. —Apuesto que nisiquiera han notado mi ausencia—

¿Tanto así?— cuestionó Bill y pronto comenzó a sentirse identificado con el de rastas rubias.


Luego de unas horas conversando... Lograron simpatizar.

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